¿Cuál crees que es el resultado de fusionar la obediencia, creatividad y una coreografía musical?
La respuesta es el fascinante mundo del dogdancing, también conocido como freestyle canino. Esta modalidad es una perfecta mezcla entre la obediencia, la creatividad y el ritmo, donde el perro y guía crean una coreografía única que deja a todos cautivados.
¿Cómo empezó todo?
La historia del dogdancing se remonta a finales de los años 80, cuando entrenadores de perros en Canadá, Inglaterra, EE.UU. y los Países Bajos comenzaron a experimentar con la idea de hacer que sus perros realizaran ejercicios de obediencia al ritmo de la música. La idea surgió de la necesidad de hacer más atractivas y dinámicas las presentaciones de obediencia avanzada, convirtiéndolas en sesiones más entretenidas, creativas y llamativas para el público.
Un poco de inspiración de la doma ecuestre musical y… ¡voilà! Nacía una nueva forma de arte y deporte canino. En sus inicios, el dogdancing se basaba principalmente en movimientos de obediencia con un toque rítmico, pero con el tiempo evolucionó hasta incluir habilidades caninas complejas, disfraces temáticos y narrativas completas dentro de las coreografías.
Fue en 1991 cuando se fundó la primera organización oficial, Musical Canine Sports International, en Canadá. Desde entonces, esta modalidad ha evolucionado en distintos estilos: mientras que en Estados Unidos se enfocaron en la teatralidad, disfraces y habilidades impresionantes, en Inglaterra prefirieron la elegancia de los movimientos sincronizados, dando lugar a la modalidad conocida como «heelwork to music».
Mary Ray y el salto a la fama
Si hay una persona a quien agradecer por la popularización del dogdancing, es a Mary Ray. En 1993, esta talentosa entrenadora británica hizo una presentación en Crufts, uno de los eventos caninos más prestigiosos del mundo, dejando al público boquiabierto. Desde entonces, el freestyle canino ha ganado cada vez más adeptos y se ha convertido en un deporte con competiciones oficiales y seguidores en todo el mundo.
Además de su influencia en la expansión del dogdancing, hoy en día, muchas de sus coreografías siguen siendo referencia para quienes quieren adentrarse en esta modalidad.
Los Secretos del Dogdancing: Más Allá de la Presentación
El dogdancing no solo consiste en hacer que el perro se mueva al ritmo de la música, sino que hay una serie de aspectos clave que hacen que una coreografía sea exitosa:
- Selección de la música: No todas las canciones sirven. Se eligen piezas con cambios de ritmo que permitan incorporar variedad de movimientos y transiciones suaves. Y sobre todo que vayan acorde al humano y al perro.
- Expresión corporal: Los humanos también deben integrarse en la coreografía con pasos, gestos y expresiones que refuercen la historia.
- El lenguaje canino: La conexión entre el guía y su perro es fundamental, por ello es importantísimo que el guía conozca el lenguaje corporal del perro. Además muchas veces se utilizan señales sutiles, como miradas o movimientos de mano casi imperceptibles, para indicar al perro qué hacer.
- Innovación: En las competiciones más importantes, los jueces valoran la originalidad, la dificultad técnica y la sincronización, por lo que siempre se busca sorprender al público.
Curiosidades del Dogdancing
- Un deporte sin límites de edad: No importa si el perro es un cachorro o un veterano, cualquier perro puede aprender a realizar una coreografía con el entrenamiento adecuado y adaptado a sus capacidades.
- Razas más y menos comunes en el freestyle canino: Aunque los Border Collies son los perros que más predominan, hay competidores con razas, como Bulldogs y hasta San Bernardos, y competidores con raza mixta demostrando que cualquier perro puede brillar en la pista.
- Vestuario y temáticas creativas: En algunas competiciones, los guías y perros visten trajes combinados (el perro sólo puede llevar un pequeño adorno en el collar que no le moleste) que complementan la historia que cuentan en la pista. Desde cuentos de hadas hasta películas famosas, ¡todo es válido en el mundo del dogdancing!
- Un deporte con reconocimiento internacional: Existen competiciones en todo el mundo, desde el Open Europeo de DDI hasta la FCI World Championship, donde los mejores equipos demuestran sus habilidades en la pista.
- Impacto positivo en la salud y bienestar del perro: Practicar dogdancing fortalece el vínculo entre el perro y humano, además de mejorar la coordinación, la obediencia y la confianza del perro, siempre y cuando se practique de la forma adecuada.
- Los perros también improvisan: Aunque las coreografías están planificadas al milímetro, a veces los perros hacen movimientos inesperados, y los mejores guías saben cómo integrarlos con naturalidad en la presentación.
Conclusión
El dogdancing no es solo un deporte, es un arte, una manera de comunicarte con tu perro y una forma increíble de hacer ejercicio juntos. Así que la próxima vez que suene tu canción favorita en casa, anímate a diseñar una performance junto a tu perro.
Y tú, ¿ya has probado el dogdancing? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios. ¡Queremos ver a esos artistas de cuatro patas en acción!
